lunes, 21 de abril de 2014

Ánimas

"En el nonbre de Dios Padre e Fijo e Spiritu Santo, tres personas e un solo Dios verdadero, Trenidat en las personas, vnidat en la exsenÇia.

Nos el prioste e ermanos de la cofradía de las Ánimas de Purgatorio que agora nuevamente se ordenó en la yglesia de Santa María desta noble villa de Castro el Río a seruiÇio de Dios nuestro Señor e prouecho de las ánimas de los fieles finados que están detenidas en las cárÇeres de Purgatorio, hordenamos y es nuestra voluntad con liÇenÇia et avtoridat del muy rreuerendo señor Obispo de Córdoua o su provisor o lugarteniente que nuestra devoÇión se faga de oy para sienpre jamás en la dicha yglesia de Santa María, e para el rregimiento e hordenanÇa de nuestra hermandat hordenamos e tenemos por bien los capítulos siguientes..."

Con esta breve profesión de fe, con esta simple exposición de motivos, principia la Regla. En toda ella, la devoción, el sufragio, la humana solidaridad de los vivos para con los muertos expresada a través de la oración. Y otras muchas cosas, cientos de claves con las que entender la cosmovisión espiritual, pero también terrena, de aquellos castreños a los que, siendo çinco días del mes de junio del Nasçimiento de nuestro Señor Jesucristo de mil e quatroçientos e nouenta e nueue años, les fue aprobada por la correspondiente autoridad eclesiástica la norma estatutaria que habría de regir, en lo sucesivo, la Cofradía de las Ánimas del Purgatorio que tenían a bien fundar.

Más de cinco siglos después, el pasado 2011, el conocimiento de un magnífico trabajo que, tanto del continente como del contenido del citado manuscrito, había publicado en el año 2004 D. Manuel Nieto Cumplido, nos introducía de lleno en una nueva y fascinante dimensión cofrade. Tanto es así que tras releer detenidamente el estudio, uno, como miembro de alguna de estas seculares congregaciones, no puede sino caer rendido ante muchos de los conceptos allí expresados, ante la escala de valores sobre la que se basaba el devenir de la institución, ante los principios irrenunciables sobre los que apoyar, sin condiciones, el espíritu y la finalidad para los que fue creada esta castreña cofradía a finales de la Edad Media.